Hola. Llego de nuevo a intervenir en este espacio virtual. Quería escribir algo distinto a lo que escribiré, pero a partir de lo que leí en el post anterior, me surge como figura otra reflexión.
A propósito de la experiencia en la colmena, me pregunto cómo llegar a la sabiduría de esas abejas. Como personas y también como sociedad, para no quedarse fijados en lo que puede implicar sufrir un "huracán" y sobreponerse en 3 horas. El quedarse fijados podrìa implicar el trauma, mientras que detenerse en las emociones y luego continuar, sería algo así como una forma sana del ser humano.
En este caso, ese concepto de trauma, me lleva a pensar en una de las marcas del sufrimiento neurótico de las que habla el budismo. Esta corresponde al apego. Apego a las emociones, a las personas, a la vida terrenal, a los lugares, a las cosas, etc. Pero ¿y si cambiamos de perspectiva?... Si logramos "tocar y soltar" -movimiento que propone el budismo-, podríamos fácilmente comprender, que no es sinónimo de entender con la razón, que lo sucedido tiene que ver con la necesidad de evolucionar, de avanzar y de que estamos conectado con el plan perfecto.
Esto me lleva a proponer como primera tarea para el 2012, un camino hacia la comprensión de este movimiento: "tocar y soltar". Aquello implica no evadir las emociones que traigan las experiencias particulares, pero tampoco aferrarse a ellas. Es, TOCAR-sentir-aceptar, para luego SOLTAR-dejar ir-integrar y finalmente avanzar-evolucionar.
OK. ¿Lo entendemos racionalmente? ahora espero que lo podamos entender experiencialmente.
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