Otra de las responsabilidades que se espera un adulto cumpla es la de cuidar a los menores y darles su merecido espacio; últimamente, también se espera que se haga de una forma amorosa. A mi parecer, ésa es otra misión del adulto espiritual, la cual se lleva a cabo con su propio niño interior: debe cuidar de él amorosamente, darle su espacio, entenderlo.
Esta tarea es fundamental, puesto que nadie puede entregarnos el amor que deseamos más que nosotros mismos. La forma de hacer esto es siempre mirando hacia dentro, siendo honesto a quienes somos y, más allá, aceptándonos tal y como somos.
Entonces, cuando una emoción nos invade y en base a nuestra experiencia reconocemos en ella una reacción de nuestro niño interior, el deber del adulto conciente que contiene esa sensación es la de mirarla, entenderla profundamente en su origen y sentido actual, darle un espacio y validarla.
Ahora se vuelve importante el adulto al nivel del 5to chakra, el de la comunicación. Puesto que es la puerta energética por la que podemos manifestar las verdades de nuestro pasado y presente en términos de heridas y sanación emocional, permite alcanzar paz interna en ese adulto en el que se ejecuta la conciencia.
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