No existen los accidentes, sólo propósitos que no hemos entendido

~Deepak Chopra

martes, agosto 07, 2012

Isha: Las razones por las que no sabemos disfrutar la vida


Hemos olvidado cómo disfrutar, nos compramos cosas, objetos, algo que nos entretenga, pero pronto nos aburrimos, se nos pasa el entusiasmo y necesitamos algo más. Queremos disfrutar, pero ya no sabemos cómo.

No hay nada malo con el deseo, pero el truco está en que ese deseo sea sin apego. Quieres algo, pero sin la expectativa de cómo tiene que ser o cómo se va a presentar. De este modo, no pones condiciones ni apuntas directo a una frustración inevitable. Lo que realmente importa es que tú seas en cada momento, estando presente y dispuesto a dejar ir el apego a cómo quieres que lo demás se desenvuelva. Si te enfocas en ser en lugar de tener, en experimentar este momento al máximo en lugar de enfocarte en el futuro objeto de tu deseo, verás que todo viene hacia ti. Viene solo.

Esta es una propuesta para que realmente juegues a descubrir tu capacidad de disfrutar siendo un cien por ciento tú mismo en cada momento.

Antes, para mí, las cosas tenían que ser de cierta manera. Para poder experimentar alegría tenía que recibir a cambio algo del afuera: reconocimiento, ganancia material, amor romántico, atención. Y siempre tenía que ganar, tenía que ser la mejor en lo que hacía. Si no, no había alegría. Ahora eso ha cambiado, y ¿sabes lo que se fue también? El sufrimiento. Eso no quiere decir que ya no tenga metas o proyectos, pero mi satisfacción ya no depende de los resultados. Pongo toda mi pasión en la exploración y la creación de mis actividades, pero si algo no sale como estaba previsto, ya no sufro.

El mundo en el que vivimos existe para que nosotros lo amemos. Está diseñado para que podamos vivirlo al máximo, en nuestra propia expresión única y perfecta. Celebremos la vida explorando nuestros sueños y nuestras aspiraciones, cultivando al mismo tiempo una experiencia interior que nos lleve más allá de ellos, creando un espacio de estabilidad y aceptación de nosotros mismos desde el cual podamos ver la magia de la existencia desarrollándose.

Si no tenemos expectativas, posiblemente nuestra frustración no exista y no nos estaremos quejando constantemente. Podremos, en cambio, apreciar, dar amor, agradecer a la vida y a lo que nos rodea.

La raíz de la insatisfacción, en cualquier relación o en cualquier situación de nuestra vida, es el resultado de lo mismo: no estamos haciendo las cosas incondicionalmente, las estamos haciendo con el fin de recibir la aprobación o la compensación de los demás, y eso es amor contractual: en lugar de dar estamos buscando lo que podemos tomar. ¿Cómo podemos resolver esto? Invirtiendo nuestra percepción.

Soy lo que doy, no lo que tomo.

Cuando me convierto en la fuente de la alegría y el amor, siempre estoy dando en mis interacciones con los demás. No necesito que me confirmen que soy digno de amor. Si empiezo a dar reconocimiento, si empiezo a apreciar, si me convierto en la fuente del amor y encuentro mis logros internos, puliendo mis conductas y actitudes en cada momento, me convierto en un ser alegre y feliz, un ser que inspira a los otros a dar más y a crear más. Como consecuencia de ello, me elevo por sobre mi sentimiento de carencia y experimento una sensación de abundancia que siempre quiero compartir con los demás. Así, siempre alegre, doy y doy.

Lo que da vida a los corazones de los otros, hace brillar también el tuyo. A lo mejor esto se te da repartiendo sopa en una esquina a personas necesitadas, en un día muy frío. Tal vez podría ser recogiendo basura en una calle, o simplemente estando amorosamente presente para alguien que necesita de un oído compasivo. Tal vez así encuentres tu pasión por la vida. Relaciónate con tu entorno y donde quiera que mires, encontrarás oportunidades para dar, y ¡¿qué mejor que utilizar este tiempo de vacaciones de invierno para cambiar, y verdaderamente disfrutar?!

No hay comentarios: