"La investigación comprueba que una pose triunfal, aun cuando sea por un breve período de tiempo, permite que el cerebro libere las hormonas que nos impulsan a actuar como ganadores." (Fuente)
Este descubrimiento ha sido conocimiento para la medicina holística y tendencias transpersonales por siglos, aunque ahora se puedan ver sus correlatos biológicos.
La dicotomización entre cuerpo y mente desaparece entonces, ya que la materia parece responder a la mente (aunque la mente es sólo una parte y forma de conciencia, sirve para esta discusión). Hay un punto de unión entre esa energía inmaterial y su contraparte sólida, que hace que nuestros pensamientos se manifiesten en nuestra realidad.
En la práctica, esto nos recuerda que somos la manifestación de quien creemos que somos, como la imagen residual dentro de la Matrix en esa trilogía. Ya sea por el efecto de los pensamientos en el agua que Emoto demostró, o por la influencia de nuestra conciencia en nuestras hormonas, nos convertiremos en quienes creemos que somos... en quienes creamos.
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